ACUERDO SOBRE LIBRE COMERCIO Sexta ronda de reuniones

La UE y EEUU progresan en su negociación con 'avances técnicos'

  • Consumidores y asociaciones empresariales critican la falta de transparencia del proceso

  • Muestran su preocupación sobre si el tratado puede disminuir los estándares de seguridad

Ignacio García Bercero, en rueda de prensa junto al estadounidense,...

Ignacio García Bercero, en rueda de prensa junto al estadounidense, Dan Mullaney. THIERRY CHARLIER AFP

Los negociadores han cerrado esta tarde la sexta ronda de discusiones entre Estados Unidos y la Unión Europea sobre el Acuerdo Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP, en sus siglas en inglés), un tratado de libre comercio entre estos dos grandes mercados. "Hemos trabajado en un debate intenso y muy técnico para preparar las bases para tomar las decisiones políticas que tendremos que abordar en una fase avanzada de las negociaciones", declaró el jefe de la delegación negociadora europea, el español Ignacio García Bercero, en rueda de prensa junto a su homólogo estadounidense, Dan Mullaney.

"Han cambiado muchas cosas desde que empezamos las negociaciones", hace justo un año, señaló Mullaney. "Ahora discutimos sobre textos precisos", agregó. Las discusiones de esta ronda se han centrado, señaló García Bercero, en las áreas farmacéutica, automovilística, dispositivos médicos, cosmética, productos químicos e ingeniería, entre otras.

El acuerdo de partenariado consolidaría la mayor área económica de libre comercio en el mundo, ya que EEUU y la UE representan el 40% del PIB mundial, esto es, el poder de compra, y aglutinan un tercio de los flujos comerciales del planeta.

Aunque ambas economías ya tienen una relación comercial muy abierta, con barreras arancelarias que afectan a menos del 4% del comercio, el TTIP trata sobre todo de eliminar regulaciones y armonizar lo más posible normas técnicas y estándares que actualmente son diferentes a ambos lados del océano y que suponen el principal obstáculo para el libre flujo de productos y servicios.

Mantener los niveles de protección

El negociador de la UE dejó claro que tanto Bruselas como Washington tienen "el compromiso de que las negociaciones no van a disminuir ni poner en peligro los estándares de protección medioambiental, salud o seguridad alimentaria" en ambas orillas del Atlántico.

Pero eso es precisamente lo que preocupa a las organizaciones de consumidores y ONG, por un lado, y a las asociaciones de productores de diversos sectores, así como confederaciones de pequeñas y medianas empresas. "Como organización de consumidores creemos que el TTIP traerá beneficios, pero también tenemos preocupaciones y miedos", expone Benedicte Federspiel, miembro de la ejecutiva de la Organización Europea de Consumidores y que forma parte del grupo de 40 expertos que asesora a la Comisión Europea en las negociaciones del TTIP.

"Los negociadores repiten el mantra de que no van a bajar los estándares, pero cómo van a reconciliar las diferencias si nadie va a subir sus estándares. Así que el reconocimiento mutuo se hará a la baja", añade. Como ejemplo pone la industria de la cosmética, donde en la UE están prohibidas más de 1.400 sustancias químicas, algunas por la simple sospecha de que podrían causar cáncer, mientras que en EEUU sólo están desterradas 11.

De momento, han quedado excluidos de las negociaciones los temas más espinosos: los relativos a la industria cultural, los subsidios agrícolas y parte de la industria militar. Pero hay numerosas cuestiones que están en el debate de la opinión pública, como las normas de trato a los animales de granja, la cuestión de la carne hormonada o las implicaciones para las PYMES y el empleo.

En algunos sectores, como el de los lácteos, hay opiniones diversas sobre cómo el TTIP va a influir positiva o negativamente en el mercado. Desde el Consejo Europeo de la Leche, por ejemplo, se expresa preocupación por cómo el comercio de los lácteos va a regularse en el TTIP. "Los estándares bajarán o se tendrán que subir los precios y los consumidores perderán su garantía de calidad-precio", señalaba Sieta van Keimpema, vicepresidenta de la organización, durante un foro celebrado este miércoles en Bruselas. Su predicción era de las más negativas: "Perderemos un millón de empleos a causa del TTIP".

Sin embargo, desde Eucolait, organización que representa a asociaciones de exportadores de productos lácteos europeos, Bart van Belleghem abogaba por la "total liberalización del mercado lácteo" y la "eliminación de cuotas, que hará más competitivos a productores y exportadores".

Mini protesta en Bruselas

Mientras los negociadores ofrecían en su rueda de prensa un balance positivo del ritmo de las negociaciones, enfatizando que el TTIP tendrá como beneficio la "creación de mejores empleos y el aumento de la capacidad de elección de los consumidores", en palabras de Mullaney, afuera, en la calle, una mini protesta llamaba la atención sobre la posible erosión democrática que puede causar en Europa el dictado de las grandes multinacionales.

"Este acuerdo es peligroso para la democracia porque dará más poder a las multinacionales para establecer mecanismos de regulación por encima de los Estados", comentaba a EL MUNDO Myriam Djegham, miembro de Alianza D19-20, un grupo que aglutina a ONG, organizaciones juveniles, sindicatos y asociaciones de agricultores de Europa. "No habrá armonización de derechos sociales, sino que bajarán nuestras condiciones laborales y salariales. La competencia destruirá el empleo", añadió.

En el fondo también están las críticas por la falta de transparencia en las negociaciones. El propio Parlamento Europeo está librando una batalla contra la Comisión para contrarrestar su secretismo en el progreso del TTIP. Ni siquiera el mandato del Consejo para que la Comisión negocie este tratado en nombre de todos los estados miembros se ha hecho público (aunque ha habido filtraciones). Y los miembros del grupo de expertos tienen acceso limitado a los papeles de la Comisión.

"La razón a esta falta de transparencia puede ser política. Es más fácil para los negociadores llegar a acuerdos, pero aquí no se trata de lo que es fácil, sino que se trata de decisiones que afectan a los consumidores, así que tenemos que tener acceso a lo que se está negociando", explica la danesa Federspiel.

El comisario europeo de Comercio, Karel De Gucht, ha prometido más transparencia en el proceso" y ha instado a publicar el mandato de la negociación extendido a la Comisión, algo por lo que también ha abogado hoy García Bercero.

"Nuestra puerta está abierta a todos los que tengan un punto de vista que expresar", ha señalado el negociador europeo al conocer que se estaba desarrollando una pequeña protesta contra el TTIP. Aunque aseguró que "ciertas inquietudes expresadas no están realmente justificadas".

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